Las barras bravas tejen alianzas estratégicas que les garantizan privilegios y respaldo en territorio ajeno. La de Villa Zavaleta, ligada a Huracán, conectó con la de Nacional de Montevideo a través de la barra de Independiente, asentada en Barracas y con vínculos históricos con los uruguayos.
Así, como en un juego de billar se armó el viaje de un grupo de barras uruguayos a la Argentina para presenciar en el Tomás A. Ducó el clásico contra San Lorenzo, pero sobre todo para poner músculo si, como se preveía por la situación tensa que atraviesa la barra, terminaba habiendo un enfrentamiento entre las facciones de Zavaleta y Pagola de la barra de Parque Patricios.
La situación finalmente explotó dentro del estadio, donde ambos grupos se trenzaron a golpes de puño y quisieron seguirla afuera. En ese momento, la Policía, gracias a las impresiones de las cámaras de seguridad, identificó a varios de los que habían participado de la trifulca, los demoraron y, a 29 de ellos, se les aplicó desde este mismo mediodía el derecho de admisión.
Pero hubo varios que lograron eludir el accionar judicial. Entre ellos, el grupo de la barra de Nacional que apareció en las filmaciones en medio de la tribuna recibiendo y repartiendo golpes.
Parecía imposible que los pudieran atrapar, pero esta tarde, minutos antes del partido de Chicago contra Chacarita, la Policía divisó al grupo junto a la barra del Torito. Le dio aviso a la Secretaría de Seguridad Deportiva de la Ciudad, que se comunicó con la fiscalía de eventos masivos a cargo del doctor Maximiliano Vence, quien dio la orden de actuar. Así varios barras uruguayos, entre ellos los ocho referentes del grupo, fueron detenidos y puestos a disposición de la Justicia.
¿Cómo llegaron hasta Mataderos? La relación está dada con el grupo de Villa Soldati, que para con la faccion de Los Perales de la barra. Ese grupo de Soldati tiene al mismo tiempo relación con la faccion Zavaleta de Huracán. Porque, como afirma el dicho, Dios los cría y, en este caso, el diablo los junta.
El resultado de la redada de cualquier manera deja en suspenso la interna de la barra de Huracán, que es la más preocupante hoy en un equipo de Capital Federal. El histórico reinado de la familia De Respinis al frente del grupo Jose C. Paz, que está siendo desafiado por los de Zavaleta, cuyo líder es el Gordo Pablo y uno de sus lugartenientes, llamado Lucas, es quien protagonizó el año pasado el tiroteo en Avellaneda, en la previa del partido de Copa Argentina contra Argentinos Juniors, que no dejó víctimas fatales de milagro.
De ahí pasaron a amenazas por redes sociales, después a pintar leyendas de guerra en las paredes del barrio y, el domingo, trasladaron el conflicto al estadio. Y todos saben que si no hay una intervención fuerte de la seguridad, el peor capítulo no pasó; es el que está por venir.