La histórica vecina pilarense Victoria Cornaglia de Traverso cumplió nada menos que 103 años, y su familia volvió a homenajearla con la ternura y el afecto que su figura inspira. Nacida el 20 de junio de 1922 en Turín, Italia, y radicada en Pilar desde su infancia, Victoria fue agasajada por hijos, nietos, bisnietos, amigos y vecinos en una jornada cargada de emociones, recuerdos y admiración por su admirable vitalidad.

A pesar de haber atravesado los 100, Victoria mantiene una lucidez que asombra. “Tiene una mente privilegiada. Se acuerda de todo, sabe todo, es coherente en sus preguntas y en sus respuestas. No toma ninguna medicación, no le duele nada. Come lo que quiere, recibe a las visitas con alegría, a casi todas las reconoce. Lo único es que ya perdió fuerza en las piernas y por eso está mucho tiempo en cama, pero no pierde su dulzura ni su gratitud” cuentan sus familiares.

La vida de Victoria ha sido intensa y ejemplar. Llegó a la Argentina con sus padres y su hermano en 1931, luego de la difícil posguerra europea. Se instalaron en el campo que hoy ocupa el country Mayling, donde su padre trabajaba como mayordomo. Terminó sus estudios primarios en la Escuela N°1 de Pilar y luego se formó en corte y confección, una habilidad que le permitió incluso confeccionar su propio ajuar nupcial.

En su centenario, Victoria ya había afirmado que su secreto para una vida larga y plena era vivir sin sobresaltos: “Tranquila y sin hacerme problemas por nada”. Tres años después, sigue fiel a esa filosofía. La historia de Victoria no solo es un testimonio de longevidad, sino también una lección de vida, arraigo y amor familiar que se renueva en cada cumpleaños, en cada beso de buenas noches y en cada conversación lúcida que sus nietos aún tienen el privilegio de compartir.